El río Autiki recorre la selva central de Pichanaki en la región de Junín de Perú. Su cuerpo de agua viaja por el territorio de las comunidades que alimenta y sana. Los ciudadanos y ciudadanas indígenas que lo conocen dicen que es un lugar sagrado que los protege y que a su vez ellos también lo defienden de amenazas como la minería.
La minería ilegal de oro que ronda la cuenca del río Autiki es realizada por algunos propietarios de parcelas y mineros foráneos que no solo contaminan el agua, sino también el suelo de territorios amazónicos.
Los jóvenes defensores asháninkas también son protectoras del río Autiki. “El río Autiki es importante. No solo vamos a pescar o a reunirnos, también tenemos un vínculo espiritual porque el río cura y las hermanas sabias hacen sesiones de cuidado de nuestras emociones con plantas medicinales”, mencionan las mujeres asháninkas.
Sin embargo, en estos últimos meses el Comité de Defensa Ambiental del Río Autiki – Pichanaki ha estado denunciando el ingreso del extractivismo aurífero a sus territorios que se realiza con excavadoras, mangueras, motores y zarandas.
Los ciudadanos defensores del río Autiki lograron registrar mediante un dron la contaminación que se da por la presencia de las maquinarias de la minería del oro.
“Nuestra misión es proteger la vida, el agua y el territorio. El río Autiki no se toca, no se destruye. Seguiremos alzando la voz, organizándonos y defendiendo lo que nos pertenece por derecho: un río sano para nuestras familias, nuestras comunidades y las futuras generaciones”, indican las comunidades indígenas asháninkas.
En septiembre de este año, la Fiscalía Provincial Especializada en Materia Ambiental (FEMA) ha incautado materiales que eran usados para la extracción de minerales en el río Autiki.
A pesar de ello, el 21 de noviembre se registró otro incidente que involucra a esta actividad ilegal. Los defensores indígenas del Río Autiki se enfrentaron y expulsaron a mineros ilegales y sus maquinarias.
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